Cuando en 2005 se introdujo la custodia compartida en el Código Civil, solo un 2% de las familias se acogieron a esta opción. En 2016 este porcentaje había subido ya al 28,3%, y aunque su implantación en España es hoy por hoy desigual (desde el 40% de Cataluña o el 38% de Baleares al 8% de Extremadura o el 14% de Murcia), sus ventajas parecen claras.
