Una vez que el alzheimer ha mostrado los primeros síntomas, la familia tiene un papel fundamental para ayudar a ralentizar la evolución de esta enfermedad incurable, que afecta a 600.000 personas en España. El jefe de Geriatría de la Fundación Vianorte-Laguna, afirma que “si el entorno del paciente no sabe con qué se está enfrentando su evolución va a ir más rápido”, afirma.
