La última vez que fueron al cine, Gabriel y Teresa vieron Enredados, de Disney, con sus tres hijos. De eso hace más de dos años y el enredo estaba por venir. Ahora los tres niños son cinco, él está en el paro y en su casa el ocio se resuelve a la antigua usanza. Salen al campo, dan paseos en bicicleta y cultivan todas las versiones del entretenimiento gratuito, además del gusto por las marcas blancas de supermercado, o de la imposición de una rigurosa alerta sobre las luces apagadas cuando no son estrictamente necesarias.
