Una de las dificultades que tienen muchos padres es que sus hijos no quieren irse a la cama temprano. Los más pequeños, necesitan dormir un número mayor de horas, superior al de los adultos y adaptado a cada edad, pero no siempre colaboran.

Una de las dificultades que tienen muchos padres es que sus hijos no quieren irse a la cama temprano. Los más pequeños, necesitan dormir un número mayor de horas, superior al de los adultos y adaptado a cada edad, pero no siempre colaboran.
La experiencia de la maternidad nos obliga a metamorfosearnos. No es sólo un cambio físico –probablemente no haya vivencia tan corporal como la maternidad–, también es un cambio identitario. Fue esto, el impacto sobre la identidad propia, lo que llevó a Katixa Agirre (Vitoria-Gasteiz, 1981) a escribir Las madres no (Tránsito), una novela que bebe del thriller, del ensayo y de la crónica para mostrar las luces y las sombras –y abismos– de la maternidad.
Last year when Patrick Ishizuka published a parenting study, he set off another round of discussion about what we call good parenting, and who is able to do it.
Si quieres que tu hijo adolescente haga algo, no le grites, no le amenaces. Esta es la principal conclusión de un estudio realizado por la Universidad de Cardiff. “Si hablamos con nuestros hijos en un tono controlado, lejos de los desafíos y castigos, conseguiremos una respuesta más positiva por parte de ellos”, según un comunicado.
Cada vez más imagino mi vientre vació. Como una tumba a la que algún día llevaré flores. Un trozo de tierra yermo, un lugar en el que nunca habrá nada, que siempre estuvo muerto
Modern parenting is hard. Really hard. The world seems to be crumbling before our eyes, and the onslaught of the 24-hour news cycle makes it easy to be a grumpy pessimist. We get it. But there are a lot of incredible reasons to think that being a parent right now — and raising kids today — is pretty frigging great.