España encara la desaceleración económica que llega después de todo ciclo alcista, pero sin haber recuperado los niveles de empleo ni haber vuelto a las cifras de paro previos a la crisis. Una de las razones es que acumula aún cerca de un millón de desempleados de larga duración para los que urge buscar soluciones mientras se refuerza el sistema de protección social y se evita que acaben en la cuneta del sistema.




