Que España se polarice, que grandes zonas del territorio se vacíen y queden habitadas por pequeños grupos de personas, a menudo mayores, carentes de infraestructuras, conexiones de todo tipo o servicios, no es una buena noticia.


Que España se polarice, que grandes zonas del territorio se vacíen y queden habitadas por pequeños grupos de personas, a menudo mayores, carentes de infraestructuras, conexiones de todo tipo o servicios, no es una buena noticia.

Hay concejos de Asturias donde, sin exagerar demasiado, resulta más fácil cruzarse con un oso que con un guaje. Con solo 1,03 hijos por mujer en 2017, el índice de fecundidad más bajo de España (1,31 de media), ya de por sí muy lejos del nivel de reemplazo generacional (2,1), el Principado, con un millón de habitantes, concentra a 800.000 en el triángulo que forman Avilés, Gijón y Oviedo.

Hace treinta años casi nadie lo hubiera creído y, sin embargo, ya puede decirse que, en las grandes ciudades, hay más perros que niños. Paradójico o un escándalo para los que piensan que la ciudad no es lugar para animales. Maravilloso para los que creen que cualquier sitio es un lugar mejor si hay presencia de peludos.

Los datos confirman la transformación. La Encuesta Continua de Hogares del Instituto Nacional de Estadística (INE) muestra un aumento sostenido año tras año del número de hogares unipersonales desde el año 2013, primero con datos disponibles en el portal estadístico, hasta el año 2018, cuando esa cifra se situaba en los 4.732.000. Y las proyecciones del propio INE apuntan a que, de aquí a quince años, esa cifra rondará los seis millones.

Estamos ante un proceso sin “precedentes” que, según David Bloom, profesor de la Universidad de Harvard, se produce con especial intensidad en países de ingresos medios. El principal desafío no es que “no haya dinero para cuidar a los mayores sino tener instituciones que promuevan de forma sostenible la seguridad social y económica que requieren los mayores”.

El presidente de la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (CEOMA), el geriatra Juan Manuel Martínez Gómez, reclama a los partidos políticos que concurren a las elecciones autonómicas y municipales del próximo 26 de mayo que “primero escuchen a las personas mayores” para poner fin al “grave problema” de la soledad no deseada de este colectivo, que “afecta al 40%” de las personas de más de 65 años en España.