Esta nueva investigación de científicos de las Universidades de Cambridge y Edimburgo ha analizado los datos de 168 países y ha concluido que entre quienes practican ejercicio físico, el riesgo de morir prematuramente se reduce un 15%. Eso significa, en números globales, que se consiguen salvar al menos 3,9 millones de vidas cada año.
Todas las variables demográficas están siendo alteradas por la pandemia del coronavirus. Es pronto para hacer un balance cuantitativo ante la carencia de las cifras necesarias, pero sí se pueden señalar tendencias orientadoras de los giros detectados. Y, sin lugar a dudas, el componente más afectado por esta situación es la mortalidad.
“Un líder realmente bueno debería poder irse a dormir en mitad de una crisis, porque si ha hecho el trabajo adecuado, puede confiar en su gente”. Para reforzar su idea, Peters recurre a la guía para el teletrabajo que ha circulado entre miembros del gobierno canadiense y que recuerda, entre otras cosas, que “no estás teletrabajando, estás en tu casa intentando trabajar en mitad de una crisis”; “tu salud mental, física y emocional es lo más importante ahora”;