Los españoles que no pueden teletrabajar

No existe teletrabajo para desmenuzar una sepia, trocear una merluza o cortar un bonito. Y, por eso, Neira, la pescadera del supermercado Dia del madrileño barrio de Atocha, de 45 años, se sigue levantando a las seis de la mañana para asistir a su cita diaria con el mostrador pese al coronavirus.

El desafío de convivir aislados… y en familia

Tenemos delante un desafío sociológico que puede resentirse de la claustrofobia, que puede radicalizar la violencia familiar —la de género, en primer lugar— y que puede beneficiarse de la filantropía. Compartir las tareas domésticas.