Los padres no son profesores

Todas las familias se parecen pero cada una lleva el enclaustre a su manera. Quienes tenemos hijos muy pequeños nos hemos convertido en una suerte de animadores sociales comprados en el mercadillo. No podemos suplir a las añoradas profes de las guarderías y hacemos lo que podemos. Básicamente, jugamos sin parar.