El ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, se reunirá a lo largo de la semana que viene con los representantes de los sectores afectados por la reforma fiscal que el Gobierno tiene previsto aprobar próximamente.

El ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, se reunirá a lo largo de la semana que viene con los representantes de los sectores afectados por la reforma fiscal que el Gobierno tiene previsto aprobar próximamente.
España está perdiendo su recurso más valioso: las personas. Somos menos y cada vez más viejos. Con la agenda política y de los medios de comunicación copada por la crisis o las luchas de poder, las autoridades apenas parecen prestar al gran problema de futuro para nuestro país, el descenso y envejecimiento de la población.
El autor afirma que una sociedad que petrifica un porcentaje del 55% de sus jóvenes en el desempleo es una sociedad enferma, no posee representantes políticos, interlocutores sociales y agentes económicos dignos y amortiza una o dos generaciones.
La cuestión de la demografía constituye uno de los problemas fundamentales de la sociedad española. Y decimos esto porque el problema del envejecimiento de las poblaciones aparejado al hecho de la escasa natalidad, trae consigo no solo la puesta en marcha de una enorme labor de ingeniería social sino una dependencia irrenunciable de la inmigración para garantizar la sostenibilidad de un país.
Podría publicar el mismo artículo que escribí hace dos años. Sólo tendría que cambiar alguna cifra. Por ejemplo, que en 2012 Unicef alertó de que dos millones de niños en España vivían bajo el umbral de la pobreza y ahora, en el nuevo informe que ha visto la luz esta semana, el número ha ascendido a dos millones trescientos mil niños. Las cifras hay que meditarlas, porque tienen alma, en este caso, doscientas mil almas más, con nombres y apellidos, niños que padecen la pobreza del primer mundo, que puede traducirse en que no están bien alimentados, pasan frío en invierno, no pueden incorporarse a ciertas actividades escolares por no tener dinero para afrontarlas y se ven expulsados, poco a poco, de la infancia que disfrutan sus compañeros.
La subida de los mínimos personales y familiares que contiene la reforma fiscal, de más del 33%, según ha destacado Hacienda, queda neutralizada por la estructura del nuevo IRPF y, sobre todo, por el mantenimiento del sistema actual de mínimos que se aplica en la cuota. De esta forma, una familia con dos hijos puede tener un ahorro de sólo 5 euros al mes en deducciones en 2015 en comparación con su situación actual por sus dos primeros hijos e incluso, perder deducciones si nace un tercer hijo, del orden de más de 9 euros al mes.