La cuestión esencial del asunto de las pensiones -la del futuro económico de todos una vez que, si llegamos allí, nos jubilamos- es uno de esos temas esenciales en los que los partidos tendrían que renunciar a convertir el debate democrático en una feria, donde trata de ganar quien más ofrece sin importarle un pito la posibilidad de hacer luego realidad lo prometido.
