Cómo cuidar a un familiar sin renunciar a la propia vida

La mayor parte de las personas que cuidan a familiares enfermos de manera continuada sufren un importante desgaste emocional. Manifiestan que se sienten nerviosas, muy tensas, en alerta y preocupadas durante la mayor parte del día. Perciben que no tienen vida propia, que poco a poco van abandonando hábitos saludables, no duermen bien, no tienen ocio, no se cuidan físicamente. Salen con menos frecuencia con las amistades, no se sienten valorados ni comprendidos ni apoyados por el resto de la familia y van desarrollando un sentimiento de soledad y de tristeza intensos.

Cuidar a los hijos, sí, pero menos

Hubo un tiempo, no demasiado lejano, en el que a los niños no se les hacía demasiado caso. Sin ir muy lejos, la abuela de quien escribe, cuando un nieto o nieta se ponían pesaditos, recomendaba actuar ante ellos: “Como si fueran muebles”. Una mesa, una silla o un armario. Ignorarlos hasta que se les pasara la rabieta o dejaran de dar a lata. El “ya encontrarás algo para hacer” era asimismo otra respuesta habitual al clásico “me aburro”. Se consideraba que el distraerse era tarea de los niños, no de los padres, y que uno era capaz de hacerlo solo.

¿Quién tirará del carro de las pensiones?: tus hijos

El pasado 22 de abril, el Instituto Nacional de Estadística publicaba que la población española se reducía por primera vez desde 1998, y, aunque a muchos esta noticia les haya pasado desapercibida, a mí me ha resultado especialmente escalofriante. La población extranjera ha sido la gran responsable de los aumentos de población, pasando de 1 a 5.7 millones entre el año 2000 y 2010. Y aunque algunos puedan pensar que la salida de inmigrantes puede suponer un menor peso para el sistema (sanitario, gastos sociales, desempleo) pero más bien es todo lo contrario.

Cómo ayudar a los niños a adquirir buenos modales

Una de las preocupaciones más frecuentes que tienen los padres de hoy en día tiene que ver con la disciplina de sus hijos. Los padres saben que tener buenos modales es importante desde que el niño es pequeño, la sociedad en la que vivimos está llena de reglas a las que hay que adaptarse.

Divorcio sí, divorcio no

Cuando una piensa en aquellas épocas de la historia en las que el matrimonio era para siempre, pasara lo que pasara, cuesta creerlo. Si el amor moría, no importaba: el dedo acusador señalaba para siempre, y a tragar. Si el marido era violento, dictador y tirano, no importaba: el dedo acusador señalaba para siempre, y ni siquiera se investigaba la situación. Si la mujer era una acosadora psicológica, no importaba: el dedo acusador señalaba para siempre. Con lo cual se llegaba a verdaderas tragedias familiares y mucho sufrimiento.

El uso y disfrute del domicilio a los hijos y la realidad social

En los últimos años, la atribución del uso y disfrute del domicilio familiar a los hijos menores de padres separados se efectuaba con disparidad de criterios en las distintas Audiencias Provinciales. Ahora, la doctrina más reciente y moderna del Tribunal Supremo sobre la atribución a los hijos del domicilio familiar ha venido a modificar la interpretación que se estaba realizando sobre esta cuestión, recogida en el artículo 96 del Código Civil adaptando, por tanto, sus contenido a las nuevas circunstancias sociales.