Educar a un hijo plantea numerosas dudas y una de las más habituales aparece a la hora de corregir un comportamiento inadecuado. ¿Resulta apropiado imponer un castigo al pequeño dándole un azote o un cachete ante una rabieta, una pelea entre hermanos o una desobediencia a los padres? Numerosos expertos opinan que se trata de una equivocación que puede provocar efectos secundarios que, a la larga, perjudiquen al niño.
