La única cosa peor que tener mucha energía a las once de la noche, cuando deberías estar listo para irte a dormir, es estar completamente despierto a las tres de la mañana. La bendición de quedarte dormido a una hora decente no es mucho consuelo si tu cerebro se despierta demasiado pronto y se rehúsa a aprovechar esas ocho horas de sueño.
