Los jóvenes españoles que están en el extranjero no volverán hasta que pase la crisis

Uno de los propósitos de los jóvenes españoles para el año 2013 es emigrar al extranjero para encontrar trabajo y aprender idiomas. Muchos licenciados, formados completamente en España, abandonarán el país en busca de un salario -sea alto o sea bajo-. “Siempre eres extranjero”, “me fui para sentirme útil”, “a veces es muy triste estar lejos” o “me fui de España obligada”, son algunas de las frases que más repiten los licenciados españoles que ‘huyeron’ de su tierra para poder tener un trabajo digno.

Padres canguro para niños desamparados

Marián González Luelmo tiene dos hijos biológicos que rozan la treintena, pero su familia es mucho más grande. Desde hace más de una década ejerce como voluntaria del programa de acogimiento familiar de Cruz Roja, una alternativa de la que se pueden beneficiar temporalmente niños en situación de desprotección. De ahí que por su casa hayan pasado ya varios menores, cada uno con una historia debajo del brazo. “Traer a los pequeños a casa me reporta felicidad y sé que les puedo aportar mucho”, asegura esta mujer, que advierte de que el peor trago que pasan las familias de acogida llega con la despedida.

¿Cómo ser mejores padres? Aprendiendo de los antepasados

¿Pueden enseñarnos algo las sociedades tradicionales, como las que aún se pueden encontrar en Nueva Guinea, sobre nuestro propio mundo? El antropólogo Jared Diamond parece pensar que así es, ya que de esa manera ha subtitulado su nuevo trabajo, ‘The World Until Yesterday’ (Viking), es decir, “el mundo hasta ayer”, que se ha publicado esta misma semana.

Así podrían salir los jóvenes españoles del paro

Ni estudian ni trabajan, pero porque no pueden. El desempleo juvenil persiste como uno de los principales problemas de nuestro país y de toda Europa, en especial entre aquellos que carecen de estudios. La tasa media del continente en desempleo juvenil se eleva al 25%, y la española, la más alta de toda la Unión junto con la griega, remonta hasta un espeluznante 52%. Esta lacra devora al año 153.000 millones de euros al año en toda la UE y frustra las expectativas de miles de millones de jóvenes.