La experiencia entre adolescentes y mayores está resultando “muy gratificante”, afirma Ana Josefa Pérez, profesora del Instituto Hijas de Cristo Rey (Madrid). “Formamos dos grupos de seis personas cada uno para los miércoles por la tarde y los sábados por la mañana”. Muchos de ellos repiten. Es el caso de Sergio, el único alumno de su clase que se apuntó a este voluntariado. “Se establecen fuertes vínculos. Aprendo mucho de ellos y me ayudan a entender actitudes de mis abuelos que antes no comprendía. Siempre salgo muy reconfortado de cada visita”.
Jóvenes que aprenden lo que es la vejez

Hace tres años ya que el Colegio Hijas de Cristo Rey (Madrid) trabaja con el Hospital Centro de Cuidados Laguna de Madrid.
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