Apunta la cámara y dispara. Analiza el resultado, le pone un filtro para cubrir las imperfecciones de su rostro y la sube a las redes sociales. Nerviosa, la aspirante a influencer espera a ver qué repercusiones tiene esta nueva apuesta fotográfica y empieza a contar los “me gusta” y los comentarios anhelando que el pequeño numerito llegue a las tres cifras, o tal vez más.
La obsesión por los ‘selfies’ esconde un trastorno psicológico

Un estudio revela que este deseo compulsivo puede ser una forma de compensar la falta de autoestima.
Fuente: Clarín - La Vanguardia, 18 de febrero de 2018.
Fuente: Clarín - La Vanguardia, 18 de febrero de 2018.