Las experiencias que cambian la conducta social o emocional de una persona se convierten en rasgos que se pueden transmitir a las siguientes generaciones y que tienen importancia médica.
Los comportamientos que adquieren nuestros padres nos marcan

Conductas que pueden ser muy estables y transmitirse hasta tres o cuatro generaciones después.
Fuente: Javier Sampedro - El País, 26 de octubre de 2015.
Fuente: Javier Sampedro - El País, 26 de octubre de 2015.