Un adolescente sale un día enfadado de clase, descarga su ira prendiendo fuego a las papeleras que se va encontrando de vuelta a casa, come, se echa una siesta y sigue su vida como si tal cosa. Hasta que unas semanas más tarde, le llega la citación de un fiscal de Menores para que declare por aquellas papeleras que, según varios testigos, él incendió. De la noche a la mañana, el chico se ve envuelto en un proceso judicial.
Adolescentes con segunda oportunidad

El año pasado se ejecutaron en Andalucía 1.378 medidas en beneficio de la comunidad impuestas a menores infractores.
Fuente: Reyes Rincón - El País, 31 de marzo 2013
Fuente: Reyes Rincón - El País, 31 de marzo 2013